Que nuestros frutos secos son de lo mejorcito que hay en el mercado, lo sabe todo el mundo. Desde el barrio de chamberí, donde está ubicada nuestra tienda principal, hasta el barrio residencial de Mar Mekhael de Beirut, capital de Líbano. Los anacardos, las nueces de macadamia y almendras triunfan allá donde van y poca gente se puede resistir a sus encantos.
Sin embargo, hay algo que te puede amargar la fiesta. No, no nos referimos al sabor amargo de una almendra, esa almendra que por mucho que intentes evitar, siempre te toca y que además suele ser la última de la bolsa cumpliendo así la Ley de Murphy. Hay algo que es tremendamente desagradable y que por suerte podemos evitar si hacemos las cosas bien: que nuestros frutos secos se vuelvan blandos. ¡Horror!
Las estaciones de otoño e invierno y las ubicaciones próximas al mar son especialmente susceptibles de sufrir este desagradable efecto y es que como bien podrás imaginar, la humedad es el peor enemigo de los frutos secos. Si no conservas correctamente tus frutos secos, en menos de 24h éstos se volverán blandos y perderán la textura crujiente que resulta tan maravillosa tras morder un anacardo tostado con sabor a wasabi que tenemos en nuestra tienda, por citar un ejemplo.
Hoy os damos 3 trucos sencillos pero esenciales para conservar tus frutos secos como el primer día. Allá vamos:
- La temperatura ideal para los frutos secos es inferior a 20º. Las altas temperaturas no son buenas para nuestros amigos. En épocas de mucho calor, puedes conservarlos en el frigorífico. Si además compras grandes cantidades de frutos secos y ves que no los vas a consumir en un periodo breve de tiempo guárdalos en el congelador. Hazlo en pequeños paquetes de 50g, ciérralos bien y escribe la fecha. Verás como tras unas semanas siguen conservando su textura.
- Aléjalos de la luz. Al igual que pasara antes con la temperatura, la luz no es buena aliada. Además si estamos hablando de nueces, avellanas o anacardos, es decir, frutos secos sin cáscara, este factor cobra más importancia. Evitaremos que se oxiden y cojan cierto regusto desagradable.
- La mejor solución es una buena conservación. Puedes utilizar pinzas de la ropa, gomas elásticas, bolsas de autocierre… cualquier método que garantice una conservación óptima. Nosotros recomendamos utilizar recipientes con cierre hermético. Son muy fáciles de conseguir y así asegurarás que tu próximo bocado siga siendo “crunchy”.
Una vez repasados estos puntos, no te olvides cerrar correctamente tus frutos secos, solo así se conservaran en buen estado y mantendrán su textura crujiente durante más tiempo.
¡Nos vemos pronto!